María Fernanda y Brandon “N” fueron ingresados a los penales de Barrientos y Cuautitlán, respectivamente, acusados de participar en la desaparición y homicidio del presbítero Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, sacerdote de Tultepec.
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), los implicados fueron ubicados gracias a las cámaras del C5 estatal, que detectaron el automóvil del sacerdote cuando era trasladado hacia Hidalgo, donde pretendían venderlo. El comprador proporcionó información clave que permitió identificar a los presuntos responsables.
Las indagatorias revelaron que el 29 de octubre, el padre Ernesto acudió con una mujer a un domicilio en la Unidad Habitacional Morelos 3ª Sección, en Tultitlán, donde consumieron bebidas alcohólicas y drogas. En ese sitio, Brandon “N” atacó al sacerdote con un arma punzocortante, y con la ayuda de María Fernanda y otra mujer, metieron el cuerpo en bolsas negras y lo ocultaron dentro de un sillón.
Al día siguiente, el 30 de octubre, trasladaron el mueble hasta un canal de aguas negras en Nextlalpan, donde lo arrojaron. Posteriormente, un cateo realizado el 9 de noviembre en el domicilio de Brandon permitió hallar pertenencias del sacerdote y rastros de sangre. Finalmente, el 11 de noviembre se localizó el sillón con el cuerpo dentro, confirmándose mediante pruebas genéticas que se trataba del religioso desaparecido.
Cabe destacar que Brandon “N” había salido de prisión hace apenas mes y medio, tras cumplir una condena de 18 años por robo con violencia.